La rumba quiere ser patrimonio. El sector escenifica este sábado su unión para que la Unesco declare la rumba Patrimonio Cultural de la Humanidad, como el Flamenco.
La rumba quiere ser patrimonio.
El sector escenifica este sábado su unión para que la Unesco declare la rumba Patrimonio Cultural de la Humanidad, como el Flamenco.
Como los castells o el flamenco. La rumba catalana también quiere que la Unesco la declare Patrimonio Cultural de la Humanidad. Méritos no le faltan, obviamente.
Y este sábado el sector celebrará un encuentro asamblario para debatir las estrategias y los critrios que seguir a la hora de impulsar dicha candidatura.
La jornada, que tendrá como escenario la Escola Superior de Música de Catalunya (ESMUC), contará con la participación de su director, Josep Borràs; los responsables del Museu de la Música y el Taller de Músics, Jaume Ayats y Lluís Cabrera; el secretario de la asociación Foment de la Rumba Catalana (FORCAT), Martí Marfà; la etnomusicóloga y profesora del Conservatori del Liceu, María Jesús Castro; el rumbero Sicus Carbonell; y el subdirector de la Casa Musicale de Perpinyà, Hervé Parent.